Adolescentes Guía para padres y madres

Introducción

El trapecio Las preocupaciones de los padres y madres de adolescentes suelen ser bastante más serias que habitaciones desordenadas, cambios de tallas en ropa y calzado, o el olor de las zapatillas deportivas. Las familias que tienen un preadolescente en casa se preocupan por el paso de primaria a Secundaria, los cambios de humor, las influencias de los amigos, el riesgo de fracaso escolar, el posible consumo de drogas, la información sexual, y otras cuestiones de similar importancia.

Los estudios científicos confirman que si bien es cierto que algunos adolescentes encuentran obstáculos, la mayoría los superan llegando a ser adultos que encuentran su lugar en la vida, se relacionan satisfactoriamente y llegan a ser buenos ciudadanos.
Este folleto pretende responder a preocupaciones habituales en muchos padres y madres cuyos hijos están a punto de iniciado, o han iniciado recientemente, este apasionante periodo de su crecimiento. Preocupaciones del tipo: ¿Qué cambios va a experimentar mi hijo en los próximos años?. ¿Es realmente tan difícil comunicarse con un adolescente?. ¿Hasta que punto debo darle libertad?. ¿Cómo puedo ayudarle a mejorar la confianza en sí mismo?. ¿Es posible contrarrestar la influencia negativa de algunos amigos? ¿Es la Secundaria tan fiera como la pintan? ¿Hasta qué punto debo controlar su actividad escolar? ¿Cómo ayudarle a distinguir lo bueno y lo malo? ¿Qué pistas me pueden indicar que tiene algún problema grave?

Los cambios en la adolescencia

Con la entrada en la adolescencia el niño que teníamos en casa irremediablemente deja de serlo. Durante un periodo de aproximadamente cuatro años se producen cambios importantísimos que transformarán al niño en un joven totalmente preparado para la vida adulta.

Cambios físicos

No solo cambia la estatura y la figura, aparece el vello corporal, púbico y en las axilas. En las chicas comienza la menstruación y se desarrollan los senos. En los chicos se desarrollan los testículos. Cada adolescente inicia la pubertad en un momento distinto, si bien las chicas se desarrollan algo primero (dos años más o menos).,
Estos cambios físicos suelen traer consigo preocupaciones sobre su “imagen” y su aspecto físico que muestran dedicando horas a mirarse en el espejo o quejándose por ser “demasiado alto o bajo, flaco o gordo”, o en su batalla continua contra granos y espinillas (acné). Conviene tener en cuenta que el cuerpo no se desarrolla todo al mismo tiempo ni con la misma rapidez por lo que la coordinación de movimientos puede sufrir alteraciones provocando temporadas de torpeza.

Las diferencias de tiempo entre unos y otros pueden dar lugar a preocupaciones: los que tardan más (especialmente los varones) pueden sentirse inferiores ante algunos compañeros y dejar de participar en actividades físicas o deportivas; las chicas que se desarrollan primero pueden sentirse presionadas a entrar en situaciones para las que no están preparadas emocional ni mentalmente. Sea cual sea su velocidad de desarrollo muchos adolescentes tiene una visión distorsionada sobre si mismos y necesitan que se les asegure que las diferencias son perfectamente normales.

Cambios emocionales

Pensar que los adolescentes están totalmente regidos por los cambios hormonales es una clara exageración. Es cierto que esta etapa supone cambios rápidos del estado emocional, en la necesidad mayor de privacidad, y una tendencia a ser temperamentales. Sin embargo y a diferencia de los niños que no suelen pensar en el futuro, los adolescentes si que lo hacen y con más frecuencia de lo que los padres creen. Algunos incluso llegan a preocuparse en exceso de: - Su rendimiento escolar. - Su apariencia, desarrollo físico y popularidad. - La posibilidad de que fallezca un progenitor. - La violencia escolar.

-

No tener amigos.
Las drogas y el alcohol..
El hambre y la probreza en el mundo..
Fracasar en conseguir un empleo..
Las guerras o el terrorismo..
El divorcio de sus padres.
La muerte..

Las emociones exageradas y variables así como cierta inconsistencia en su comportamiento son habituales: Pasan de la tristeza a la alegría o de sentirse los más inteligentes a los más estúpidos con rapidez. Piden ser cuidados como niños y a los cinco minutos exigen que se les deje solos “que ya no son niños”.


Otro aspecto cambiante es la forma de expresar los sentimientos. Los besos y abrazos de la niñez pasan a leves gestos de cabeza. Las expresiones de afecto hacia la familia les pueden parecer ridículas (“cosas de niños”). Recuerden que son cambios en la forma de expresarse, no cambios en los sentimientos hacia sus amigos, familiares o seres queridos.

Conviene, no obstante, estar pendiente de cambios emocionales excesivos o periodos de tristeza de larga duración pues pueden indicar problemas serios. En el capitulo Problemas se profundiza en este aspecto.

Cambios mentales

Son menos aparentes pero pueden ser tan radicales como los físicos o emocionales. Durante las primeras fases de la adolescencia el avance en las formas de pensar, razonar y aprender es especialmente significativo. A diferencia de los niños son capaces de pensar sobre ideas y asuntos sin necesidad de ver ni tocar, empiezan a razonar los problemas y anticipar las consecuencias, considerar varios puntos de vista, y reflexionar sobre lo que pudiera ser en lugar de lo que es.


Una de las consecuencias más relevante de estos cambios mentales es la formación de la identidad: pensar en quienes son y quienes quieren llegar a ser es un asunto que les ocupa tiempo y hace que exploren distintas identidades cambiando de una forma de ser a otra con cierta frecuencia. Esta exploración es necesaria para un buen ajuste psicológico al llegar a la edad adulta.

La capacidad de pensar como adultos acompañada de la falta de experiencia provoca que el comportamiento de los adolescentes no siempre encaje con sus ideas: pueden (por ejemplo) ser grandes defensores de la naturaleza pero tirar basura en cualquier sitio.

Oficina de Asuntos Intergubernamentales e Interagencia Cómo ayudar a su hijo durante los primeros años de la adolescencia Washington, D.C., 20202.

Ministerio Cosas DePareja

Volver Arriba